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18/9/14

Tu primera desilusión


Te conocí y fuimos amigas, complice de salidas. Aventuras llenas de locuras.
    Yo era tu guía. Estabas descubriendo tu escencia. Tu verdadero ser.
    Yo sólo te guiaba. Respondía tus preguntas. Saciaba tu curiosidad con mi experiencia.


    Hasta que un día decidiste que tuya sería y algo más que amistad, apoyo y consejos de mí querías.

    No había pasado más de cinco meses desde que te conocí. Te habías ganado mi cariño. Tan dulce, tierna, inocente. Cuantas cosas vivirías, tantos sueños, cuantas penas, desilusiones, amores y alegrías te faltaban por vivir, por sentir. Cuanta experiencia te faltaba acumular.
    Demasiados años menos que yo, sin embargo, eso a ti no te importo. Tu querías más, mucho más que mi amistad. Obsesionada conmigo... tomaste la decisión. Sería tu primera vez.
    Se suponia que yo no era el tipo de mujer que te gustaba. Tal vez, por eso, no me daba cuenta de lo que tramabas. Pero lentamente tendías las redes para que yo inconsciente cayera en tu trampa. A veces pienso que si me daba cuenta de lo que buscabas. Que sólo me puse la venda en los ojos y espere que tus pocos años, tu inexperiencia le ganara a mi edad.
    Quizás, deseaba caer. No me resisti. Me deje seducir. Para que derrumbaras mi coraza. Me deje llevar por el instinto del placer. Caí bajo el encanto de tu inexperiencia. Tu pasión se desbordo y me encerro en tus brazos.
    Lo planeaste y aquella noche en tu departamento usaste tu belleza, tus encantos de mujer, esos que un día te enseñe a usar, esos que te dije que tenías y debías explotar cuando quisieras seducir. Yo misma te arme. Yo misma te mostre tu artilleria, tus armas de seducción. Y la usaste para desbaratar mis defensas un poco con miedo y otro tanto con convicción.
    Y aquella noche de invierno en tus brazos me rendi. Obtuviste lo que deseabas... más que amistad desde ese día. Mi cariño cuantas veces querías podías quitarme... y yo sin oponerme te regalaba. Fui tuya, fuiste mía. Tu primera vez, tu primera seducción esa fui yo. Y desde ese día más que amigas fuimos las dos.
    Una aventura que un día tuve que terminar. Tu corazón no se supo detener. Más que amistad y pasión, mi amor comenzaste a querer. Enamorarme se volvio tu objetivo. Pero mi amor de otra era... Yo podía adorarte. Pero no amarte. Podías tenerme cuantas veces quisieras. Sin embargo, sólo tenías mi cuerpo, mi deseo y mi pasión... esta alma llena de amor... no te pertenecia.
    Era herirte sin compasión. Por eso me detuve un día. Me arme de nuevo con mi coraza de años, y desarme tu artilleria. Y sin quitarte mi amistad asi como fui tu primera vez, fui desde ese instante tu primera desilusión.

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