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3/10/14

Mi novio quería con ella


Ariel era el novio perfecto. El tipo más atractivo y fiel que cualquier mujer desea tener a su lado. Todo andaba bien en nuestra relación, solo mis celos por su mejor amiga podían arruinar todo. Pero no se lo hacía saber. Me los tragaba. Puesto que él me era fiel, me quería a mí... pero... Era su mejor amiga, yo sabía que la deseaba. La forma en que la miraba, la forma en que hablaba de ella.


Ella era lesbiana, y no sentía lo mismo por él. Tal vez por eso mis celos poco a poco se esfumaron. Ella era su fantasía, porque no podía tenerla.
Con los meses comencé a conocerla bien y nos hicimos buenas amigas. Entendí por que mi novio la quería tanto. Ella había estado con él en las buenas y en las malas. Había sido la única persona que lo había apoyado para dejar las drogas cuando tenía 20 años.
Al año y medio de salir juntos Ariel me propuso casamiento. Yo Feliz. Cuando se lo contamos, noté en sus ojos algo de tristeza. Pero aceptó. Le propusimos que ella fuera la madrina y aceptó.
Salimos una tarde de compras, tenía que elegir mi vestido de novia. Ella el suyo.


Pasamos toda la tarde de negocio en negocio hasta encontrar mi vestido soñado.
Un domingo, Ariel viajó a Buenos Aires para firmar unos contratos de la empresa en la que trabajaba. Volvería el martes.
Como estaba sola invite a Elisa a ir al cine.
-"¿Marcela, por qué en vez de ir al cine no alquilamos un vídeo y nos quedamos en casa? . Me pareció buena idea. Decidimos ver un vídeo en su departamento.
Cuando llegué aquella noche como a las nueve ella me abrió la puerta en bata.
- "Pasa, recién termino de bañarme"-. Entré y le propuse preparar la cena mientras ella se cambiaba.
- "OK, nena, tu sabes más de la cocina que yo"-. Fue su respuesta desde su habitación. Me dirigí a la cocina, y comencé a preparar una ensalada.
Ella apareció y se puso a ayudarme. Mientras cortaba la lechuga, me miraba. No hablábamos. Decidí romper el silencio.
- "Sabías que Ariel fantasea contigo"-. Ella se río, me miró y sin dejar de cortar dijo..."Y yo fantaseo contigo"
- "¿Qué?, Estoy hablando en serio. Ariel me lo confesó".
- "Yo también hablo en serio. Me muero por hacerte el amor"-. Fue directa. Dejo el cuchillo, se acerco. Yo retrocedí. Pero me encontré entre la mesada de la cocina y ella.
- "No te asustes, no haré nada"-. Abrió la alacena y sacó el aceite.
No podía quedarme, ella me deseaba. Tenía que irme. Pero no encontraba la excusa para salir de su departamento.
Terminamos de preparar la cena y la llevamos al living. "Voy por el vino, por la película... está sobre el televisor". Tome un dvd de tres que había sin leer el título y lo metí en la Dvd. Ella vino con la botella y dos copas. Me sirvió y se sentó en la otra punta del sillón.
Encendí con el control el TV y me sorprendió el gemido de una mujer. Mire la pantalla y dos mujeres tenían sexo. Elisa comenzó a reírse a carcajadas. La miré.
- "Te equivocaste de película"-. Se reía, no podía parar de reírse.
Me contagió su risa y comencé a reírme. Sin embargo no apagué la vídeo. La escena seguía en la pantalla. Mire para la pantalla, los gemidos eran más fuertes. Me quede absorta mirando.
Elisa se acercó. Me quito el control de la mano y apago el televisor.
- "Es mejor lo real que lo que ves"-. Me dijo.
Algo en mi quería saber cómo era eso que ella decía ser mejor. Y mis palabras salieron sin poder callarlas. - "Muéstrame"-. Dije.
A lo que ella se acerco más y comenzó a desabotonar mi blusa. Me besó y me acarició. La suavidad de sus manos en mi piel despertó el mismo deseo que Ariel me provocaba con sus manos.
La deje seguir... y de repente me vi desnuda en el sillón con ella encima de mí. Besándome, acariciándome.
Su boca me recorría toda. Mis manos temblorosas recorrían su cuerpo esbelto. Su piel suave y húmeda se pegaba a la mía. Su lengua dura, cual si fuera un pene me penetro. Grite no de dolor sino del placer que estaba sintiendo.
Quería más, y ella me daba más. Nos revolcamos en el sillón, sobre la alfombra. Bese su cuerpo sin parar, me engolosiné con su sexo. Gocé con su boca, con su lengua, con sus manos, goce con ella.
Me entregue a sus fantasías. Me desarmé ante su cuerpo. Me abandoné a sus deseos.
Ariel y yo nos casamos un mes después. Ella fue la madrina de casamiento y de mi primer hijo. Fuimos felices. Ella se enamoro de otra mujer y se fue a vivir con ella. Siempre viene a casa con su pareja.
Ariel sigue queriendo a su mejor amiga y me adora, es el mejor marido del mundo, el mejor padre.
Nunca más volví a acostarme con una mujer, no lo desee. Mi marido para mí satisfacía mis deseos. No me arrepiento, pero sé que jamás podré decirle a él que me acosté con su amiga.

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